August 2017
Señor Julián is a Venezuelan retired police officer who doesn.t talk much but works very hard as a carpenter, building furniture and knickknacks mainly for tourists who drive by his modest house on the main road to the capital city of Caracas. He lives with his family: his daughter, his son, son in law, and a grandson named Emilio who has Down syndrome and suffers from an intestinal disorder. Emilio has been waiting for a colonoscopy for almost a year but there is no indication that he will be getting one soon, given the current state of affairs in the country, more specifically its health system. Everyone contributes to the family business and social services help somewhat by way of a meek retirement pension, but still the household income is roughly the equivalent to US$15 per month which is barely enough to eat. Señor Julián’s family is the epitome of the harsh reality faced by 82% of the Venezuelan population who live in poverty.
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El Señor Julián es un oficial de policía venezolano jubilado que no habla mucho pero trabaja muy duramente como carpintero, construyendo muebles y adornos principalmente para los turistas que conducen por su modesta casa en la carretera principal que lleva a la capital de Caracas. Vive con su familia: su hija, su hijo, su yerno, y un nieto llamado Emilio que tiene sí¬ndrome de Down y sufre de un trastorno intestinal. Emilio ha estado esperando una colonoscopia por casi un año, pero no hay indicios de que pronto recibirá una debido la situación actual del paí¬s y especí-ficamente su sistema de salud. Todos contribuyen a la empresa familiar y los servicios sociales ayudan un poco a través de una escasa pensión de jubilación, pero aún así¬ el ingreso familiar mensual es aproximadamente el equivalente a US $15, apenas suficiente para comer. La familia del Señor Julián es el epí¬tome de la dura realidad a la que se enfrenta el 82% de la población venezolana que vive en la pobreza.
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El Señor Julián es un oficial de policía venezolano jubilado que no habla mucho pero trabaja muy duramente como carpintero, construyendo muebles y adornos principalmente para los turistas que conducen por su modesta casa en la carretera principal que lleva a la capital de Caracas. Vive con su familia: su hija, su hijo, su yerno, y un nieto llamado Emilio que tiene sí¬ndrome de Down y sufre de un trastorno intestinal. Emilio ha estado esperando una colonoscopia por casi un año, pero no hay indicios de que pronto recibirá una debido la situación actual del paí¬s y especí-ficamente su sistema de salud. Todos contribuyen a la empresa familiar y los servicios sociales ayudan un poco a través de una escasa pensión de jubilación, pero aún así¬ el ingreso familiar mensual es aproximadamente el equivalente a US $15, apenas suficiente para comer. La familia del Señor Julián es el epí¬tome de la dura realidad a la que se enfrenta el 82% de la población venezolana que vive en la pobreza.